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7 consejos para prolongar la vida de la batería del ordenador portátil

La esencia de un ordenador portátil es poder utilizarlo lejos de un enchufe, y cuanto más tiempo, mejor. De ahí que, aunque todos sus componentes son importantes (carcasa, pantalla, teclado, puertos de conexión, procesador, memoria, disco duro…) la batería sea una de las partes que más deterioro puede sufrir si no se cuida con un cierto esmero.

La batería de un portátil puede deteriorarse si no se observan determinadas precauciones de uso del ordenador

Y en este caso los daños pueden no resultar muy evidentes. Un golpe en la pantalla se aprecia con claridad y el desgaste en las teclas también, pero no es tan sencillo comprobar si la batería de un ordenador portátil está siendo perjudicada por lo que quizá el usuario no sepa que es un mal uso.

Hay que recordar que las baterías tienen un número de ciclos de carga que suponen su «vida» por lo que en el menú de configuración y ajustes del portátil habrá que consultar periódicamente el contador de dichos ciclos y, según los casos, el porcentaje de batería «útil» que va restando. Una adecuada gestión de ciclos de carga permite prolongar la vida de la batería, un componente que, por otra parte, puede sustituirse llegado el caso si se deteriora hasta ofrecer una corta duración de su vida desenchufada de la pared.

De ahí que sea recomendable seguir las indicaciones que se relacionan a continuación para mejorar la conservación de la batería y así conseguir un mejor funcionamiento del ordenador portátil y que su autonomía sea óptima durante el mayor tiempo posible de manera que la vida útil sea lo más larga posible.

Cómo alargar la vida de la batería de tu portátil

-No mantener todas las aplicaciones abiertas a la vez: Aunque es evidente que se ahorra tiempo al no tener que esperar a que se abran lo recomendable sería abrir sólo aquellos programas que vayan a utilizarse y, una vez terminada la tarea, cerrarlos en lugar de dejarlos abiertos en segundo plano. Además de consumir otros recursos del ordenador (procesador, memoria RAM), los procesos en segundo plano consumen energía y, además, en tareas que no suponen la actividad principal a la que se está dedicando el equipo, por lo que se resiente la autonomía.

-Mantener actualizado el software: Los distintos parches y actualizaciones en sistemas operativos y programas solucionen muchos fallos que, en ocasiones, pueden corregir el funcionamiento inadecuado del equipo, lo que incluye la gestión de recursos y cómo afectan a la autonomía de la batería o a sus procesos de recarga.

-No agotar la batería: Aunque los portátiles son capaces de trabajar hasta que su energía llega al 0 % y se apagan no resulta conveniente hacerlo con frecuencia. En su lugar debería evitarse en la medida de lo posible que la carga descienda por debajo del 15/20 % por el esfuerzo adicional que supone para los componentes de la batería recuperar la carga cuando desciende mucho de esos niveles. Igualmente tampoco es recomendable desconectar el portátil de la corriente cuando la carga llega al 100 % y esperar a que se descargue trabajando con él desenchufado incluso si no se está en movilidad. Los ordenadores portátiles hace ya mucho tiempo que disponen de sistemas de gestión eficiente de la carga de manera que cuando la batería recupera el 100 % de su carga no es necesario desconectarlo de la alimentación para no sobrecalentar la batería, que deja de recargarse.

-No mantener al máximo el brillo de la pantalla: Salvo el procesador para operaciones que requieran la máxima potencia durante mucho tiempo, nada consume más energía en un dispositivo móvil que la pantalla, por lo que sería aconsejable no mantener al máximo su brillo, especialmente si las condiciones de iluminación en el ambiente permiten mantenerlo más bajo (pero sin perjudicar a la propia vista del usuario). Evidentemente cuanto más brillo, más consumo energético y menor autonomía de la batería.

-No mantener al máximo el volumen del sonido: Con un consumo sensiblemente menor que la pantalla, los altavoces del portátil también son una importante fuente de consumo energético que, como sucede con el brillo, también aumenta conforme se incrementa. Es decir, a mayor volumen de sonido, mayor consumo energético, menor autonomía, más necesidad de recargar la batería y, con el tiempo, menos vida útil de la misma.

-No utilizar el portátil como base de carga para otros dispositivos: Aunque es evidente que los puertos USB-A y USB-C de que disponen los ordenadores portátiles pueden cumplir la misión de proporcionar energía a otros dispositivos y, así, poder cargar el móvil, los auriculares, la cámara de fotos y cualesquiera otros dispositivos, obtener la energía de su batería para proporcionársela a la batería de otro dispositivo es una mala idea, no ya porque obviamente se reduce la propia carga del portátil sino porque al producirse de una forma más rápida que la que se derivaría del propio trabajo del ordenador también supone un desgaste adicional a la batería.

-Evitar la luz de sol directa: El frío y el calor excesivos son enemigos de las baterías y de los dispositivos electrónicos, por lo que siempre habría que trabajar con el portátil a la sombra, sin que reciba luz directa del sol, especialmente en momentos de alta insolación. Se elevaría la temperatura del dispositivo (lo cual también podría ocasionar daños al procesador, al no poder refrigerarse adecuadamente) y la batería, trabajando a una elevada temperatura, podría dañarse hasta incluso quedar inutilizada.

Fuente: Trecebits

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