Seguro que ya sabes que cualquier dirección web comienza por http o https, pero a lo mejor no sabes diferenciarlas y esto puede suponer un riesgo para ti.
Puede que no te hayas fijado (seguro que a partir de ahora lo harás) pero todas las direcciones web comienzan por una de estas dos siglas (HTTP y HTTPS), que significan Hyper Text Transport Protocol o Hypertext Transfer Protocol Secure.
La traducción, “Protocolo de Transferencia de Hipertexto”, quizá no te diga mucho tampoco pero seguro que ya te has fijado en la palabra mágica; Sí, ese Secure que seguro (valga la rebundancia) te interesa. Veamos, lo de HTTP no es otra cosa que el sistema estándar a través del cual se realiza el intercambio de datos entre los distintos equipos (servidor y cliente) que conforman una red. Es decir, el lenguaje mediante el cual éstos se entienden en el intercambio de información.
Como veis, estamos hablando de un intercambio de datos. Osea que si una web te pide que introduzcas uno como tu contraseña, al darle a Intro estarás enviando ese dato a otro ordenador que no sabes en qué lugar del mundo puede estar. Del mismo modo, en su viaje, esa información puede ser interceptada y, siguiendo el mismo protocolo, interpretada.
Ahí entra en juego el HTTPS, desarrollado como un método por el que la información que enviemos será cifrada en origen y convenientemente interpretada en destino. El funcionamiento del sistema se basa en la utilización de distintos puertos para llevar a cabo la comunicación (el 80 en el caso del HTTP y el 443 en el del HTTPS) y en la implementación de un esquema de certificado firmado por una autoridad. Así, se asegura que emisor y receptor entiendan un mensaje que viaja cifrado (tranquilo, es algo que los navegadores web realizan de forma transparente para el usuario).
Navega con seguridad
Lo que sí debes tener muy claro es que es importante usar este protocolo siempre que estés haciendo algo que involucre datos personales, como puede ser contraseñas, números de tarjeta de crédito u otra información privada. Por supuesto su uso es crucial para webs de comercio electrónico o banca online, pero también es muy recomendable en servicios de correo electrónico y redes sociales.
La contraprestación a esta seguridad de los datos es que la velocidad en la transmisión se verá reducida. Algo lógico si tenemos en cuenta que la tarea de cifrado y descifrado que se debe llevar a cabo requiere de su tiempo y de un mayor consumo de banda. No obstante, pese a esto, utilizar el protocolo HTTPS esla mejor opción si queremos navegar por la red de una forma más segura.
Fuente: ticbeat.com