Diferencia entre IP pública e IP privada, ¿cómo encontrarlas?

Comencemos con la definición: una IP es una cadena fija de números que nos identifica dentro de la red en la que estamos conectados, ya sea intranet o Internet.

El motivo por el que es necesario saber la IP pública es sencillo: es nuestra identificación cuando navegamos por Internet. Ese número es el que ven los servidores de Internet cuando nos conectamos a ellos, y si tenemos algún problema técnico en algún sitio, el servicio de atención al cliente nos pedirá dicha IP para que sea posible encontrar en los registros el problema indicado. Para encontrar esa IP pública solo tenemos que conectarnos a uno de los cientos de sitios que ofrecen esa información con solo acceder a ellos, tal y como indicamos en el vídeo.

La IP privada no la usaremos cuando navegamos por Internet, pero sí es necesaria para identificar un ordenador dentro de nuestra red, por lo que es importante conocerla para poder solucionar problemas de acceso a recursos internos (impresora, otros ordenadores, router, etc.). En el vídeo os explicamos cómo encontrarla también desde teléfonos android, iPhone o iPad.

Como veis, es bastante sencillo obtener dichas informaciones, y bastante útil cuando entramos en contacto con la asistencia técnica.

Sobre el formato de estas direcciones tenemos que tener en cuenta la siguiente información: La mayoría de estas IPs usa IPv4, con un tamaño único de 32 bits, por lo que hay un total de 4.294.967.296 direcciones únicas que ya han sido repartidas a nivel mundial (no puede haber más de ese número de personas, servidores o dispositivos conectados al mismo tiempo). Como al principio de la era Internet siempre se repartían paquetes de direcciones IP públicas a colegios, empresas, personas particulares, etc. la ICANN (organización que administra las direcciones IPs) decidió dividir las direcciones en redes de diferentes clases y crear rangos de direcciones.

De esta forma podemos ver que hay direcciones de clase A, con formatos que van desde 0.0.0.0 hasta 127.255.255.255, de clase B: desde 128.0.0.0 hasta 191.255.255.255 y de clase C: desde 192.0.0.0 hasta 223.255.255.255, aunque para redes privadas los límites son diferentes (clase A: 10.0.0.0 a 10.255.255.255, clase B: 172.16.0.0 a 172.31.255.255 y clase C: 192.168.0.0 a 192.168.255.255).

Sobre la IP privada es importante entender que nuestra red (la de la empresa desde donde nos conectamos, por ejemplo) puede tener sub-redes, y podemos comunicarnos con otras sedes de la misma empresa usando estas IPs privadas sin gastar ninguna pública. Una IP privada no puede ser vista desde Internet, por lo que no podemos acceder desde cualquier ordenador conectado a la red de redes a nuestro ordenador, para eso sería necesario tener una IP pública (o crear una VPN, pero eso es otra historia que contaremos otro día)

El router es el encargado de dividir las redes en públicas y privadas. Él tiene una IP pública asignada por nuestro proveedor de internet, por eso todos los ordenadores conectados a un mismo router usan una misma IP pública. Si reiniciamos el router, cambiará la IP pública, y el posible problema de acceso a una web que haya bloqueado nuestra IP, desaparecerá (puede existir ese bloqueo porque algún servidor confunda un acceso normal como parte de un ataque DDos, por ejemplo).

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