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La contraseña más segura del mundo: los latidos del corazón

Hace unos días os mostrábamos cuáles habían sido las contraseñas más usadas del año pasado. Lamentablemente, 123456 se llevaba la medalla de oro. Otra vez.

Teniendo en cuenta estos últimos datos, no es de extrañar que los expertos estén desarrollando cada día nuevos mecanismos de seguridad para proteger nuestra información confidencial.

En esta ocasión, un grupo de investigadores de Binghamton State University de Nueva York han descubierto un nuevo mecanismo para proteger los datos de los usuarios: los latidos del corazón.

Los científicos explican que, en el futuro, podrán cifrar los registros de salud de los pacientes gracias a la actividad eléctrica del mismo.

Cada paciente llevará un dispositivo que recogerá datos fisiológicos y los transmitirá automáticamente a sus médicos. Así, las señales de electrocardiograma (ECG) estarán listas para ser analizadas en cualquier momento, reduciendo el coste y la potencia computacional necesaria para un cifrado desde cero.

“Estas técnicas no pueden ser aplicadas en dispositivos móviles y portátiles con mucha energía, ya que podrían quemar la batería rápidamente”, explica Zhanpeng Jin, coautor del estudio.

Sin embargo, no son todo ventajas. Utilizar los latidos del corazón como contraseña puede llevar a equivocaciones médicas. Y es que hay que tener mucho cuidado porque la actividad puede variar si, por ejemplo, hacemos ejercicio físico o estamos cansados. Esto por no hablar de la edad y la propia salud del paciente.

Por eso, a pesar de que sería la contraseña más segura del mundo, no sería recomendable que fuera la única forma de acceder a los informes. De hecho, los autores de la investigación recomiendan usar los latidos del corazón como cifrado de datos secundario.

Vía | Motherboard

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