Mucho se está hablando últimamente de Paloma Noyola Bueno, la niña mexicana de 12 años que, según la revista Wired, será la siguiente Steve Jobs. A las predicciones que se le asignan para el futuro, ella responde lo siguiente: “No seré la próxima Steve Jobs, seré más grande que el genio fundador de Apple, porque voy a perfeccionar y hacer más fácil la técnica de la educación en el país”, en un arranque poco en sintonía con su edad, al menos no con una niña de esa edad en España, aunque puede que sí con una niña residente en una de las zonas más violentas y deprimidas de México que camina todos los días junto a un canal de aguas fétidas para llegar al colegio.
En cualquier caso, y aunque todos esperamos que esta sea dentro de un tiempo la merecida historia de Paloma Noyola Bueno, lo cierto es que, de momento, la historia la protagonizaSergio Juárez Correa, su profesor en la escuela primaria José Urbina López, quien ha conseguido que Paloma y sus compañeros de aula capten la atención de la prensa internacional por sus excelentes resultados académicos y un repentino interés en sus estudios. Fue en el año 2011 cuando Juárez, tan cansado y desmotivado como sus alumnos con el plan de estudios impuesto por las autoridades, decidió cambiar el enfoque de sus clases, comenzó a probar cosas nuevas. Se dedicó a leer libros, a buscar información online, a investigar sobre la aplicación de los ordenadores en la enseñanza iniciada por el profesorSugata Mitra a lo largo de la década de los 2000 en la India, en el conocido experimento Hole in the Wall.
Sin saberlo, Juárez estaba adentrándose, y con él sus alumnos, en una filosofía educativa emergente que aplica los fundamentos de la era digital en las aulas. La lógica de esta forma de enseñanza es tan universal como irrefutable: si el acceso a un mundo de infinita información ha cambiado la forma en que pensamos, interactuamos y procesamos el conocimiento, también ha de cambiar el modo en que aprendemos, experimentamos y asimilamos conceptos. Es esta la filosofía que inspira a una nueva generación de educadores –entre quienes se encuentra Juárez– que a través de Internet, la psicología evolutiva, la neurociencia o la inteligencia artificial están abriendo nuevas vías para que los niños aprendan y crezcan.
Estos nuevos docentes no conciben el conocimiento como una mera mercancía que pasa de maestro a alumno, sino como algo que surge de la curiosidad que se debe fomentar entre los estudiantes: ellos proponen las preguntas, dan las pistas para encontrar las respuestas y esperan a que, gracias a las nuevas tecnologías, los estudiantes aprendan por sí mismos y desarrollen todo su potencial. Con sus métodos de aprendizaje y su confianza en los alumnos, Juárez y el resto de su equipo están haciendo posible una futura élite de genios tan ambiciosos y sobresalientes como Paloma.
FUENTE:cyborgcultura.ticbeat.com