Hasta hace cuatro días, la inversión publicitaria en internet se hacía basándose en la extrapolación de audiencias. Es decir, era el medio el que marcaba el precio de sus espacios publicitarios y el anunciante lo pagaba, con la esperanza de que una parte de sus anuncios impactara al segmento de público que le interesaba. Hasta que llegó la publicidad programática y todo esto cambió.
La compra programática de publicidad (o publicidad programática) se basa en un sistema de pujas en tiempo real por los espacios publicitarios. Para su funcionamiento, se requiere una infraestructura que permite el acceso en tiempo real a una serie de datos sobre un anuncio de Internet, el site en que se va a mostrar y el posible usuario al que va a impactar, para que el anunciante decida, en el acto, si compra o no esa impresión publicitaria. Todo ello en un proceso que se produce de forma automática.
Cada vez más empresas y marcas se están apuntando a esta forma de inversión publicitaria. Incluso los políticos se han dado cuenta de su potencial y ya la emplean durante sus campañas.
Y no es casual; la publicidad programática ofrece una serie de ventajas frente al sistema tradicional de compra/venta de anuncios:
No se desperdician recursos
Antes el soporte o medio tenía un equipo comercial que se encargaba de vender el inventario de espacios publicitarios a los anunciantes, pero no siempre podían distribuirlo todo y había espacios que se desaprovechaban, perdiendo dinero.
Con la compra programática el medio (o publisher, como también se le conoce) no tiene que preocuparse de estas gestiones: sólo tiene que conectarse a un SSP (siglas de Supply-Side Platform), que es una plataforma automática que administra sus inventarios y maximiza sus ingresos.
Democratización del sistema
Más allá de los grandes medios online, un publisher es cualquier sorpote que ofrece espacio publicitario, independientemente de su audiencia y tamaño. Con el sistema tradicional de compra/venta de anuncios, muchos blogs y medios pequeños lo tenían muy complicado para participar en el mercado publicitario.
Pero con la compra programática cualquier soporte puede acceder a él y vender sus espacios publicitarios libres. Esto no tiene por qué ser un problema para los editores premium que no quieran entrar a competir en un mercado abierto, donde vendan sus espacios a publicidad de baja calidad; la tecnología de la compra programática permite aplicar filtros para acceder a inventario que ellos deseen.
Acceso universal al mercado publicitario
El anterior sistema planteaba ciertas limitaciones geográficas que con la compra programática de anuncios no se producen. Publishers y anunciantes de cualquier parte del globo pueden acceder al mercado publicitario. Los anunciantes pueden distribuir sus campañas globalmente y los soportes acceden a campañas de anunciantes de todo el mundo.
Precios justos (y reales)
Como decíamos, antes era el medio el que le ponín un precio a sus espacios publicitarios. Con la compra programática, los anunciantes pujan por la compra de una impresión, garantizando así que el precio que se paga responde a la demanda real del mercado. El precio será mayor si hay más demanda por un espacio, y se pagará menos cuanta menor demanda haya.
Mayor y más exacta segmentación
Una ventaja muy interesante de la publicidad programática para los anunciantes es que les garantiza la inversión, ya que se aseguran de que el target que les interesa va a ser impactado por sus anuncios. Gracias al Big Data el público se segmenta según perfil sociodemográfico, aspectos comportamentales e incluso a veces por geolocalización. Así se aseguran de que aciertan el tiro.
Vía | admanmedia.com
Recurso | sophiadigital.es