Lo venimos viendo y escuchando por todas partes: El vídeo es tendencia dentro del marketing de contenidos y parece que lo seguirá siendo por mucho tiempo.
Todas las predicciones sobre marketing de contenidos para 2016 lo mencionan, y ya viene de atrás. De hecho, en su momento ya te contamos que, según el informeVideo Monetization Report realizado por FreeWheel, en 2014 el visionado de anuncios en vídeo creció nada menos que un 368%. Los datos más recientes no son tan espectaculares, pero lo cierto es que el crecimiento no se detiene, ni tiene visos de hacerlo, por lo que son muchas las empresas que tienen puesta la vista en este medio con fines de monetización.
Sin embargo, no es lo mismo compartir de vez en cuando vídeos en nuestras redes sociales que establecer una estrategia para crear y distribuir contenidos con la suficiente calidad y tener nuestro propio espacio en YouTube de forma apropiada. Para ello, conviene saber una serie de consejos que nos brindan desde Social Media Pymes a través de una espectacular infografía.
Pero antes pasemos a describir por qué nos interesa recurrir al vídeo en nuestra estrategia de marketing online. Las empresas de B2B y las instituciones de enseñanza superior son hoy día las que más recurren al vídeo, y los sectores más beneficiados son principalmente la industria del software, el marketing, la salud y las organizaciones no lucrativas.
“Los superpoderes del vídeo”
Las bondades del vídeo son muchas y están relacionadas con aspectos psicológicos lo que hacen que su uso pueda poner a tu marca en una situación privilegiada respecto a la competencia. En primer lugar, el vídeo involucra a los sentimientos tocando nuestro lado más humano. No se trata de que siempre haya que apelar a la fibra sensible sino más bien que no debemos olvidar que los sentimientos son una parte importante de las motivaciones de compra. Por eso, es importante hacer que nuestro producto motive al posible comprador, teniendo siempre en cuenta que a la hora de idearlo es importante tratar de ponerse en la piel del cliente, transmitir confianza, fiabilidad y respetabilidad.
En segundo lugar, el vídeo es útil, o debe serlo. El vídeo puede llegar a ser muy potente si es capaz de solucionar problemas concretos de nuestros clientes. Por otro lado, el vídeo debe contar una historia. Si logras contar algo interesante, por pequeño que sea, es más fácil enganchar a la audiencia. Por último, los poderes del video se sustentan en la facilidad de su consumo. Como es lógico, cualquiera prefiere ver un vídeo de dos minutos antes que tragarse un post de 2.000 palabras. El vídeo se consume rápido y de forma sencilla, y esto ayuda a que se difunda más rápidamente y con más pasión que otros formatos de contenidos.
Las estrategias para “el después”
Tu trabajo no termina cuando se pulsa el stop. En ese momento llega lo más difícil, que es buscar cómo hacer llegar tu vídeo a aquellas personas que lo quieren ver. Para lograrlo, podemos echar mano de estos consejos:
- Optimiza el título y la descripción si lo cuelgas en redes sociales o en el blog corporativo para que Google te lo encuentre sin problemas.
- Controla la longitud, sobre todo no te pases de los dos minutos (cuanto más corto más eficaz y más fácil de compartir).
- Piensa en cuál es la mejor hora y el mejor día para difundirlos. Busca el momento más adecuado según tu tipo de actividad (normalmente se consumen más vídeos en las horas de descanso y los fines de semana.
Fuente: ticbeat.com