Las aplicaciones son hoy la puerta de acceso a Internet que un día fueron los motores de búsqueda, y en ellas están en juego los intereses de buena parte de las grandes tecnológicas. Google, ahora dentro de Alphabet, se ha puesto manos a la obra, con un paso que podría ser revolucionario: permitir que los usuarios exploren y usen aplicaciones sin necesidad de descargarlas e instalarlas en sus dispositivos.
¿Cómo? A través de una tecnología que el gigante de Internet desveló ayer, que permite, de una forma similar a lo que el streaming ha supuesto para el consumo de música, series y películas, que los internautas naveguen a través del contenido de las aplicaciones (alojadas en los centros de datos de la compañía) sin tener que instalarlas y configurarlas en sus smartphones o tabletas. The Wall Street Journal, que se hace cargo de la actualización, que de momento solo funciona en dispositivos Android, la define como “vídeos interactivos en streaming”. Precisamente por eso se necesita una conexión WIfI muy potente para utilizar esta tecnología, porque “reproducir” las apps de esta manera requiere mucho ancho de banda.
Los usuarios podrán utilizar esta novedad para llevar a cabo las mismas acciones que ahora realizan en las aplicaciones y también en las webs, como pulsar un botón, buscar un restaurante o reservar una noche en un hotel.
Las primeras apps que aprovecharán esta tecnología tienen que ver con predicciones climatológicas, reservas hoteleras, transporte y astrología, entre otros campos. Se trata de Hotel Tonight, Weather by MacroPinch, Chimani, Gormey, My Horoscope, Visual Anatomy Free, Useful Knots, Daily Horoscope y la oficial del metro de New York. Para integrar esta tecnología en sus aplicaciones, los desarrolladores deberán insertar un código especial en sus servidores que permita a Google “bucear” en sus apps. Los beneficios no solo irían para Google, sino que los usuarios se ahorrarían, además de espacio en su móvil, el a veces engorro proceso de descarga, instalación y configuración de una app.
Google ha presenciado cómo, en los últimos años, los usuarios transitaban paulatinamente de la web a las aplicaciones, donde ahora pasan la mayoría del tiempo que permanecen conectados, y donde al buscador le resulta mucho más difícil obtener datos de navegación y, por tanto, sacar partido de su negocio de publicidad online. Una preocupación a la que ahora hay que sumar, además, el auge de los ad blockers. Una de las startups que el gigante adquirió en 2014, Agawi, podría haber aportada la tecnología que ha servido para desarrollar esta novedad.