Sin anuncios. Sin juegos. Sin trucos. Whatsapp, que acaba de alcanzar los 430 millones de usuarios activos, se mantiene firme en la estrategia de sus comienzos: una aplicación de mensajería instantánea sin publicidad y de descarga gratuita, cuya única vía de monetización reside en una suscripción anual de 0,89 euros.
Ninguna de esas estrategias está en la mente del equipo de WhatsApp, cuya meta, ha señalado Koum, es la de “mantener el espíritu de los comienzos” y la de “no venderse”, la misma, ha afirmado el empresario, que ha hecho grandes a compañías como Google yFacebook, ésta última, interesada, por cierto, en la adquisición de Snapchat.
Así, WhatsApp mantendrá el importe y el modelo de su suscripción anual y evitará también, de momento, la inserción de anuncios en su plataforma, algo que su CEO ya ha calificado en más de una ocasión de invasivo para sus usuarios. “Lo importante ahora no es monetizar, sino asegurarnos de que nuestro servicio funciona bien”, ha remarcado éste. Koum, que nació en la Ucrania soviética, ha recordado que pasó su infancia en un país en el que no existía la publicidad, lo que lo convertía en un “entorno ideal”, a pesar de otras carencias como la ausencia de privacidad.
Respecto a esto último, una de las acusaciones que se suelen hacer a WhatsApp –considerado, por algunos expertos, como un sistema poco adecuado para comunicaciones que requieran seguridad- Koum ha vuelto a insistir en que su compañía solo cuenta con los números de teléfono de sus usuarios y no guarda ningún otro dato más.
WhatsApp, que anunció que ya había alcanzado los 400 millones de usuarios activos el pasado diciembre, ha sumado otros 30 millones más en los dos últimos meses, debido, probablemente, a la rápida penetración de los dispositivos móviles como medio de comunicación en las economías emergentes. Koum, que emigró a temprana edad a los Estados Unidos, ha señalado durante su intervención que le habría gustado contar entonces con un servicio como WhatsApp para comunicarse con los familiares que permanecieron en Ucrania.
FUENTE: ticbeat.com